En los últimos tiempos, se habla mucho del auge de la figura del Controller en las empresas, pero creo que todavía queda mucho camino. Parece que esta figura, o más bien, la función que realiza, queda relegada a empresas que tienen un empuje económico un poco superior. Pero, ¿que ocurre con aquellas Pymes, que no se pueden permitir la contratación de este tipo de profesionales por el coste que le supone?¿O que directamente, funcionan por inercia, y no se preocupan de ello hasta que la bomba le explota en la cara? Sobre esta última cuestión, quiero hacer una pequeña reflexión.

Para cualquier clase de empresa, desde la pequeña hasta la más grande, la estrategia debe ser la piedra angular de su proyecto y el punto de partida.

El Controller debe ser una herramienta, pero no el fin. Hay que tener bien definido hacia donde queremos ir y COMO queremos ir, para saber que y COMO medir. Muchas empresas humildes de nueva creación, o empresas medianas ya establecidas en el mercado y que funcionan sin llegar a grandes cotas, no saben hacia donde deben/quieren ir o como deben navegar.

Y hacía aquí es donde creo que debe virar la función de las consultarías, para salir de la tradicional gestión contable y fiscal, y poner al servicio del empresario de a pie lo que está al alcance de las grandes.

A su vez, el empresario debe tomar conciencia de esta situación y ser decidido. Estamos hartos de ver como en las empresas españolas, de mediano o pequeño tamaño, se abusa de lo que yo llamo el «Contable multifunción». Esto es una persona, que a bajo coste, lleva la tareas administrativas más farragosas, se ocupa de hacer los cobros y los pagos, de la propia contabilidad, de tener toda la documentación al día, de tener todo listo para la presentación de los impuestos etc… y además ahora le pedimos que nos diga como y por que pagamos, si se está pagando demasiado a un determinado proveedor o cual es nuestra rentabilidad real. 

Y es que, quien mucho abarca poco aprieta, y cuando se llega a una situación crítica y el empresario se da cuenta de que los precios no son los adecuados porque ni siquiera aplicamos el margen adecuado, porque hay sobreestructura ya que soportamos más personal del que necesitamos o porque tenemos un nivel de endeudamiento tal que no generamos lo suficiente para pagar y encima no sabemos como hemos llegado a esa situación; se busca responsabilidad en ese «Contable Multifunción» y  el único culpable es el propio empresario por no saber adaptarse.

En definitiva, el empresario se da cuenta tarde, de que no conoce su negocio como el esperaba. Piensa como se pensaba hace 20 años, y aún ve la subcontratación de la Dirección Financiera como un gasto más y no como una inversión que redunda en una rentabilidad «completa» de toda la organización y no solo en la cuenta de resultado.

Me gustaría que toda persona que lea este post, se haga una pregunta, ¿que es una empresa?

Para mí, de manera muy sencilla, una empresa es un «organismo» vivo cuya función es ganar dinero. Y como organismo que crece, debe adaptarse al ambiente que le rodea para sobrevivir. Un ambiente competitivo donde cada vez es más difícil innovar, pero donde al menos, no hay que perder el paso de la manada y quedar a merced de los depredadores.

  

Francisco J. Ariza